lunes, 13 de octubre de 2008

1TESALONICENSES 2:17-3:13

Recordando como había completado el establecimiento de la Iglesia en la ciudad de Tesalónica

La salida de Tesalónica tuvo que hacerse deprisa, y Pablo no pudo dejar bien establecida la Iglesia de aquella ciudad como acostumbraba. Más tarde intentó volver diversas veces para acabar de consolidar la Iglesia, porque la gloria y el gozo de aquellos hombres de Dios eran saber que los que habían creído permanecían fieles y crecían en la gracia, pero Satanás se lo impidió (2:18).
Pablo no lo podía soportar más, por eso resolvió enviar Timoteo, que había pasado más desapercibido en Tesalónica, a fin de que reconociera la fe de los hermanos, y los afirmara y animara (3:1-5), quedando solo en Atenas. Timoteo volvió con buenas noticias sobre la fe y el amor de los tesalonicenses: estaban firmes en el Señor; y eso consoló al Apóstol (3:6-9).
Mientras tanto, Pablo continuaba con su ministerio intercesor a favor de la Iglesia, pidiendo a Dios poderlos ver nuevamente y completar las cosas que faltaban a su fe, y por su crecimiento y porque el amor de ellos abundara: a fin que suyos corazones fueran afirmados irrepensibles en santidad delante de Dios (3:10-13).
El punto de referencia para Pablo era la presencia de Dios, y el momento su venida "con todos sus santos". Las nociones escatológicas que recibieron aquellos hermanos incorporaban elementos eminentemente prácticos (1:10 comp. 2:19; 3:13).

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