lunes, 13 de octubre de 2008

1TESALONICENSES 4:1-5:22

Ruegos y exhortaciones

La parte final de la epístola empieza en el capítulo 4, y recoge una serie de ruegos y exhortaciones que abarca casi la mitad de la extensión del escrito. Las bases habían sido establecidas, ahora lo que hacía falta era caminar y complacer Dios cada vez más y mejor.
En primer lugar les recuerda que la voluntad de Dios para todo cristiano es la santificación, vivir separado para Dios. Pero la santificación tiene una vertiente positiva, y otra de negativa: la abstinencia de la fornicación, de la concupiscencia, de abusar del hermano o de aprovecharse de él. Hay que atender la vertiente negativa, separarse de..., para poder vivir la vertiente positiva, acercarse a Dios (4:3-8).
Otra exhortación es a abundar más y más en el amor fraternal, como habían sido enseñados por Dios, y a vivir tranquilamente, ocupándose en sus propias cosas y trabajando con sus propias manos (4:11-12).
Pero antes de poder exhortarlos a animarse mutuamente ante la muerte de los hermanos, para que no se entristecieran como los incrédulos, les tiene que explicar más amplia y detalladamente lo que sucederá a los que han muerto y a los que todavía estén vivos cuando Jesús vuelva a buscar a los suyos. Una vez más se presenta las implicaciones prácticas de la doctrina, y en concreto de la escatología (4:13-18).
En otra exhortación, que tiene como referencia "el día del Señor", les recuerda que los cristianos no tenemos excusa para que el día de nuestro encuentro con el Señor nos tome desprevenidos, dormidos, ya que sabemos que podemos venir ante su presencia en cualquier momento, y que por ello nos tenemos que mantener velando y sobrios (5:1-10).
Pablo les recuerda que todos tienen capacidad para exhortar y edificar a los demás, y que tienen que continuar haciéndolo como hasta aquel momento (5:11).
Algunos de entre ellos estaban asumiendo esforzadamente responsabilidades pastorales, que se describen con las palabras trabajar, dirigir y amonestar, y hacía falta que los reconocieran y que les amaran mucho por la obra que hacían, en lugar de quejarse si no lo hacían todo lo bastante bien: "Tened paz los unos con los otros". Les ruega que lo hagan (5:12-13).
Pero algunos no acababan de ir adelante, y parece que no sabían qué hacer. Pablo los exhorta a amonestar a los vagos, a animar los pusilánimes, a sostener los débiles, y a ser pacientes con todos (5:14). Un hecho que habrá que enfrentar nuevamente en la segunda epístola.
También los exhorta a procurar buscar siempre el bien; a vivir gozosos, a orar incesantemente, a dar gracias en todo, a no apagar el Espíritu ni despreciar las profecías, examinar todas las cosas y retener únicamente lo que es bueno, y, en general, a abstenerse de todo tipo de mal.

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